ENTREVISTA: PABLO GÁLLEGO

Muchas veces es necesario emigrar para buscar futuro en lo que llamamos trabajo. El fútbol no es ajeno a ello. Cantidad de futbolistas de nuestro país salen de él año tras año en busca de disfrutar de minutos en equipos que quieren, por lo menos, intentar emular el éxito del fútbol patrio.

Pablo Gallego, nacido en Huesca en octubre de 1993, es el claro ejemplo de ello. En propias palabras del oscense: "soy un jugador apasionado del fútbol, mi vida ha girado entorno a un balón desde pequeño."

Arrancó en el deporte de la pelota desde muy pequeño, jugando en su localidad natal en los clubes Siglo XXI y Peñas Oscenses. Su rival era notable, lo que hizo que el club de la capital aragonesa se fijara en él: "Fui convocado la selección autonómica con apenas 14 años y eso hizo que el Real Zaragoza se fijara en mí". Tras varios años en la Ciudad Deportiva decidió volver a su ciudad para jugar en el juvenil de la SD Huesca. Su rendimiento no pasó tampoco desapercibido y vino su debut con el primer equipo: "Debute con el primer equipo contra Las Palmas de la mano de Pablo Alfaro". 

Continuó su experiencia lejos de Aragón, pasando por varios clubes de Segunda B hasta que le llegó una llamada que le cambió la vida: "Primero fui al Larissa de la Primera División griega para luego recibir la llamada del Real Estelí nicaragüense. Volví a España y como curiosidad he disputado los cuatro grupos de la extinta Segunda B. Me llamó el equipo del capital de Nicaragua, el Managua, pasé por Eslovaquia y ahora estoy de nuevo en Grecia en la segunda división."

Esa segunda llamada desde el país centroamericano fue la que le terminó de unir a Nicaragua: "Fue un cumulo de cosas. Me enseñó mucho como persona. Estsr en Nicaragua te ayuda a valorar cada detalle. Esa alegría, ese sol, esa solidaridad que tienen aunque no estén en la mejor situación. Siempre te ponen una sonrisa. Tuve la suerte de que se pudieran hacer los trámites y para mi es un sueño. Es una de las decisiones más importantes que he tomado en mi vida".

Uno de los grandes debe entre América y Europa siempre es la diferencia en el nivel y el estilo de juego. Pero Pablo tiene claro que es lo que destaca: "En Europa el rigor táctico predomina. Son encuentros más cerrados, con menos ocasiones, pero el fútbol centroamericano está lleno de talento. Los partidos son más abierto, más entretenidos para los espectadores. El nivel no es tan diferente. Todo es cuestión de adaptación. "

En centroamerica también existe la Nations League, además de las pertinentes eliminatorias de clasificación para el mundial. Nicaragua y Pablo mantienen abiertas todas las opciones posibles: "Arrancamos la Liga de Naciones con la vista puesta en la Copa Oro, la copa más importante de nuestra confederación y tener la posibilidad de ascender. A nivel personal espero hacerlo lo mejor posible en mi club para ser tomado en cuenta. Representar a tu selección es lo más bonito que te puede pasar como futbolista."

Cuando alguien emigra, el deseo de volver siempre permanece: "Me gustaría volver antes de retirarme, aunque aún tengo 28 años. Obviamente me gustaría volver a España. Pero ahora mismo lo que se ajusta a mis necesidades es jugar fuera."

El fútbol griego muchas veces ha estado envuelto en la mística de las hinchadas. Así nos relata Pablo como es la relación entre aficionados y equipo en Grecia: "Las hinchadas son muy pasionales. Me acuerdo que en mi etapa en Larissa vinieron a parar el entrenamiento para decirnos lo que significa el escudo que llevamos. Lo triste es que a veces no solo son las hinchadas sino también los propios dirigentes. No respetan los procesos que tiene el fútbol."

"Me acuerdo de un Larissa - PAOK que tuvieron que retrasar el partido porque prendieron de bengalas todo el estadio. Fue una maravilla. Me pone la piel de gallina" 

Agradecer a Pablo su predisposición y desearle la mayor de las suertes en el futuro.

📝 | Álvaro Mateo 

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