BOCHORNO
Tras 2 intensos días, en los que la información y desinformación han corrido como la pólvora, el proyecto que venía a "salvar el fútbol" llegó a su fin y a continuación veremos las causas y consecuencias de este fracaso. Perdió la SuperLiga, pero ¿ganó el fútbol?
Es extraño que una idea madurada y preparada durante tantos años (se tiene constancia que desde 2009) haya fracasado en cuestión de 48 horas. Resulta inexplicable que empresarios tan exitosos en sus correspondientes sectores no hayan sabido gestionar la idea y hayan hecho el ridículo de esta manera. Es más que probable que hayamos sobrevalorado a Florentino y compañía, pero seguramente ellos hayan infravalorado el poder de los aficionados.
Está claro que la precipitación ha sido una de las grandes causas del desmoronamiento de la SuperLiga. La pandemia ha incrementado las deudas millonarias de los clubes participantes y ello, unido al proyecto de reforma de la Champions League, ha provocado el adelantamiento del anuncio de este proyecto que no estaba preparado para salir a la luz.
El desastre comenzó cuando tan solo Real Madrid, Barcelona y Liverpool anunciaban con sendos comunicados oficiales su incorporación a la nueva SuperLiga. Ni rastro del resto de clubes que prefirieron oficializarlo más tarde a través de otros medios, lo que evidenciaba una clara falta de comunicación entre los clubes y una más que posible vergüenza de los mismos ante lo que estaban a punto de perpetrar.
En la idea de Florentino Pérez tenían cabida 12 clubes europeos, entre los que no estaban Bayern, PSG y Dortmund, que se negaron a participar a pesar de la promesa de que se acabarían uniendo. Pero es que tampoco contaba con una plataforma que tuviera sus derechos televisivos, pieza fundamental para el desarrollo de una competición de estas características, y ni siquiera tuvo una rueda de prensa en la que se explicara su funcionamiento, salvo que consideremos como rueda de prensa la entrevista de Mr Pérez en el "reputado" programa El Chiringuito.
Por no tener, esta Superliga no ha tenido ni cuenta en Redes Sociales, siendo su principal objetivo atraer a los jóvenes, y es que la falta de comunicación ha sido determinante en su caída. No ha sabido transmitir sus ideas ni acercarse a inversores y aficionados, lo que ha acabado por destruirla por su falta de apoyo y protestas respectivamente.
Por primera vez en mucho tiempo, la voz de los aficionados fue escuchada. Al poco de saltar la noticia miles de fans ingleses saltaron a las calles para protestar por la creación de la SuperLiga y el martes, apenas 24 horas después, ya sea por miedo, por arrepentimiento o por una mezcla de ambas, los 6 clubes ingleses se retiraban del proyecto, dejando a Florentino y al fondo de inversión americano con el culo al aire.
Pero, ¿y ahora qué? Ya ha quedado claro que la fuerza de los aficionados era mayor de lo que pensábamos y es momento de dar un paso más allá, para lograr un fútbol más justo y equitativo con normas como la del 50+1 de la Bundesliga. Es una oportunidad perfecta para que el fútbol de un giro en la buena dirección y se convierta en algo más parecido a un deporte que a lo que lleva siendo ya demasiados años, un negocio.
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