ANÁLISIS ATHLETIC CLUB 20/21: NO ES SUFICIENTE
El equipo bilbaíno entraba en esta temporada tras haberse quedado a las puertas de europa el año anterior, con una derrota que hizo soñar al Leganés de Aguirre, con un entrenador muy cuestionado como lo fue Garitano, y con una final que jugar.
Tras un mercado movido para la prensa y los medios, que no fue correspondido por el trabajo de Alkorta, el único fichaje fue Álex Berenguer, procedente del Torino, y las altas de Vencedor, Morci y Vicente procedentes del filial. Se habló de que Javi Martínez estaba hecho, de que se había hablado con este o con aquel, pero al final nada. Las bajas fueron los que recibieron su debida despedida: San José y Beñat.
El año comienza con una derrota dura ante el Granada, en la que el mejor jugador de los leones fue Morcillo, siendo prácticamente lo único del conjunto vasco. Comenzaba de nuevo el ruido en los oídos con el tema Garitano, los cuales continuarían tras el partido de la jornada 3 ante el Cádiz, recién ascendido, que ganó en San Mamés tras estar más de 30 minutos con 2 jugadores menos por expulsión, viéndose así a un equipo completamente impotente y sin ideas en el que fallaba algo. Llegamos a enero y al último partido de Gaizka, una victoria por 1-0 ante el Elche en casa, que dejaba un récord al de Derio de 6/17 ganados, empatando solo 3, lo que resulta en 21 puntos de 51 posibles en un calendario bastante asequible. Tras este partido se anunció su despido.
La ilusión llegaba, a 10 días de comenzar la Supercopa el Athletic, con el anuncio oficial de la incorporación de Marcelino García Toral, que tuvo sólo dos días para preparar el siguiente partido liguero ante el Barcelona, en el que los leones ya parecían mostrar otra mentalidad. Llegar y besar el santo, tras el 2-3 en casa ante el Barça llegaba la Supercopa. Semis contra el Madrid y final de nuevo ante el Barça, donde el equipo fue un vendaval y levantó el título por puro merecimiento tras mostrar un juego excelente y un estilo claro.
En un año normal acabar el año con un título en las vitrinas es un año cuanto menos destacable en Bilbao, pero este año no era un año normal, este año se jugaba una final de Copa aplazada y otra a la que se llegaría un par de meses después. La distancia entre la Supercopa y esa final anteriormente comentada fue de 15 partidos, en los que el Athletic perdió sólo 2, Atlético y Barcelona, sumó 14/30 puntos y superó 4 eliminatorias de Copa del Rey, llegando así a la segunda final el mismo año de esta competición. Todo era ilusión por lo ya conseguido, alcanzar las tres finales y haber ganado ya una, pero tocaba demostrar en el campo, cosa que no ocurrió. Ante la Real, en la primera, se mostró un equipo sin carácter ni ambición, en un partido que se resuelve con un penalti de Oyarzabal, mientras que en la segunda se sucumbió ante un excelente Barça que hizo fácilmente su mejor partido de la temporada, lo que no termina de excusar a un Athletic que siempre da la sensación de que en las finales desaparece.
Las dos derrotas dejaban la temporada dependiendo de conseguir el objetivo europeo, pero tras las finales el equipo era muy distinto al que cogió Marcelino a principios de enero, plagado de jóvenes, sin las "estrellas" y demostrando que los de abajo también tienen hambre. Por mala suerte en algunos casos, por errores puntuales en otros o por mala participación del equipo, el Athletic sufrió mucho para conseguir los tres puntos en este tramo, siendo mejor habitualmente que sus rivales, lo que no quita que el equipo sumó 9 partidos consecutivos sin perder en liga, pero ganando sólo 2 ante Sevilla y Atlético. En el último de esta racha estaba Osasuna, partido que era ganar o ganar para seguir en la lucha por esos puestos europeos, pero en un partido que parecía cerrado ya por los leones, Budimir hizo un gol a instantes finales que arrebató el sueño a los de Marcelino.
Como suele ocurrir aquí, temporada terminada para los jugadores, ya que tras no jugarse nada, el equipo perdió 3/3 partidos, uno de ellos ante un descendido y el otro ante un el Elche, que se salvó gracias a ganar en esa última jornada.
Personalmente, siendo quizás muy benévolo, soy incapaz de valorar como suspensa una temporada en la que se levanta un título, se llega a una final y se aguanta casi hasta el final con opciones europeas, aún lastrado por un inicio de temporada espantoso. Pero sí es cierto que de poco sirve quedarte a las puertas si no llegas al timbre, y el Athletic de este año ha sufrido esto constantemente. Tras levantar la Supercopa, un detrimento constante debido en gran medida a esa falta de actitud que debe ser imperdonable cuando vistes esta camiseta.
Para el MVP es muy difícil la elección siendo sinceros, ya que ha sido una temporada en la que las lesiones han sido un gran enemigo y no ha permitido dar continuidad a jugadores como Muniain, Yeray o Íñigo Martínez, sumado a grandes bajones de nivel en hombres importantes como pueden ser Williams, Raúl García, Dani García, Capa y demás.
Si fuera algo subjetivo para mí el mejor de la temporada se debate entre quienes dieron la cara: Sancet, Villalibre, Vencedor, Unai López... Pero, como creo que hay que hacer un balance entre todos los puntos, para mí el MVP ha sido Álex Berenguer, cuyo fichaje fue muy cuestionado pero ha conseguido ser el máximo goleador del equipo, demostrando unas ganas que deberían ser imprescindibles en este equipo. Ha mostrado cualidades de sobra para ser de los nombres clave de este equipo, y ha hecho actuaciones importantes, como la del partido de vuelta en semifinales ante el Levante, metiendo el último gol de la victoria y posterior clasificación.
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