EL EXÓTICO DE BRASIL

No es habitual que un jugador brasileño pase desapercibido o que su nombre no se tenga en cuenta con el paso de los años. Rivaldo es la excepción. 

Seguramente sea debido a que no cuadró su aparición en el mejor momento. Llegado del Palmeiras, el Deportivo ejecuta su compra por 12 millones en el año 96 donde deslumbró y dejó su huella marcada en la liga española. Tanto fue así, que el año siguiente el Barcelona realizó la misma acción por 23,5 millones motivado, principalmente, por la marcha de Ronaldo a Italia. Un motivo que pesa. Una carga constante en la camiseta. Y es que sustituir a Ronaldo Nazario no es una tarea fácil, aunque Rivaldo no tuvo mucho reparo en lograrlo. De todos modos, el Barcelona no pasaba por su mejor época y las actuaciones del brasileño se opacaban por los resultados del club.  

El título de exótico se lo gana por el hecho de ser zurdo y es que, salvo Roberto Carlos, pocos podemos sacar con esta inusual cualidad. Una zurda que aprovechaba para todos los aspectos ofensivos habidos y por haber. Regate en parado y en carrera, asistencias, controles, definición, y un largo etcétera. Un 10 al uso. De esos mediapuntas que solo podemos recordar a día de hoy. El gran infravalorado de Brasil. Tampoco es que sea esto injusto, su paso por aquella selección destacaba por coincidir con jugadores como Ronaldo, Ronaldinho o Bebeto. Y ahí reside el mérito y el nivel de Rivaldo, habiendo logrado destacar acompañado por jugadores de esa talla.  

Lo destacable de estos jugadores, al final, es su legado. El recuerdo que dejaron en nuestra memoria y en la de nuestros padres. Esa imagen grabada en la retina, como su chilena al Valencia. Independientemente de sus títulos o sus récords. Lo importante es la huella marcada en todos los campos que ha pisado.

• Tomás Merino