CURAÇAO: UNA SELECCIÓN EN CRECIMIENTO
El fútbol de Curaçao es sinónimo de evolución. La isla caribeña cuenta con apenas 159.000 habitantes y, a lo largo de los últimos años, ha ido crecido para empezar a ganarse un nombre en la Concacaf.
La clave de este crecimiento es la nacionalización de jugadores nacidos en los Países Bajos. Los hermanos Bacuna son el gran ejemplo de ello. Ambos nacieron en tierras neerlandesas pero gracias a sus padres tienen la nacionalidad curazoleña. Cuco Martina, Vernon Anita o Van der Hurk son otros de los grandes nombres. El primero ha jugado gran cantidad de años en la máxima categoría del fútbol inglés, Anita ha sido un emblema del Newcastle y debutó también con la selección holandesa, pero recibió el beneplácito de la FIFA para jugar en dos selecciones distintas.
Pese a todo ello, Curazao tuvo que sobreponerse a una gran decepción. Días antes de la Copa de Oro varios positivos en su plantilla le impidieron participar en dicha competición, donde llegaba con las expectativas muy altas. Le sustituyó Guatemala.
El gran artífice de dicho crecimiento es Guus Hiddink. El técnico hoalndés aceptó el puesto de entrenador de las antiguas Antillas Holandesas y continuó con el crecimiento del fútbol en el país. Cuando Hiddink tuvo que abandonar la selección por motivos de salud, Patrick Kluivert aceptó la llamada y volvió a coger los mandos de una selección que ya entrenó en entre 2015 y 2017. Todo iba sobre raíles, pues Hiddink dejó a Curazao a tan solo un partido del octogonal final por el mundial. El último escollo era Panamá. Pero esta selección terminó con el sueño de los de Kluivert. Los centroamericanos consiguieron vencer en Ciudad de Panamá por 2-1 y fueron capaces de mantener el resultado en Willemstad, capital de Curazao.
Panamá dejó a las puertas de la gesta a Curazao, pero el fútbol en el territorio sigue creciendo.
📝 | Álvaro Mateo
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